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Académica de la Facultad de Teología dictó conferencia en Jornada de Estudios de la Sociedad de Catequetas Latinomericanos

“Catequesis de iniciación: una oportunidad para proponer una catequesis que fortalezca la presencia femenina” se tituló la conferencia de la doctora Loreto Moya en la Séptima Jornada de Estudios y Asamblea Ordinaria de la Sociedad de Catequetas Latinomericanos (SCALA). Esta actividad que abordó la “Catequesis en América: desafíos y esperanzas en un continente en cambio” se desarrolló del 24 al 27 de julio en Boston (MA), EE.UU.

Martes 8 de agosto de 2017

Académica de la Facultad de Teología dictó conferencia en Jornada de Estudios de la Sociedad de Catequetas Latinomericanos - Foto 1
Académica de la Facultad de Teología dictó conferencia en Jornada de Estudios de la Sociedad de Catequetas Latinomericanos - Foto 2

07.08.2017

“Se debe reflexionar sobre cómo la catequesis de iniciación a la vida cristiana puede aportar a propiciar un lenguaje, que plasme la igualdad concedida por el bautismo, volviendo la mirada a la persona de Jesucristo. En esta tarea se debe superar una catequesis de mera transmisión de conocimientos para que pueda insertarse en la tarea evangelizadora de la Iglesia”, precisó la doctora Loreto Moya, académica de la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV.

La profesora participó en la Séptima Jornada de Estudios y Asamblea Ordinaria de la Sociedad de Catequetas Latinomericanos (SCALA) realizada en la ciudad de Boston (EE. UU), encuentro cuyo objetivo fue innovar la catequesis desde la realidad cambiante actual a la luz de algunos documentos eclesiales.

En su conferencia la profesora reflexionó sobre la catequesis de iniciación a la vida cristiana y la presencia femenina. “Comúnmente escuchamos decir que la mayoría de los catequistas son mujeres; es más, su presencia es numerosa en las diferentes prácticas pastorales que tiene nuestra Iglesia: catequistas, agentes pastorales y profesoras de religión. Sin embargo, no podemos reducir esta presencia a un tema numérico. Debemos detenernos en el tipo de tareas que desempeñan y en qué lugares de poder las ejercen”, comentó la doctora en su conferencia.

La profesora citó una frase del Papa Francisco sobre esta materia: “todavía es necesario ampliar los espa­cios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia… y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las es­tructuras sociales”.

La profesional agregó que “aún no hemos logrado esa igualdad entre hombres y mujeres y por eso, como nos dice Aparecida (texto final de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe, CELAM, año 2007) urge tomar conciencia de la situación precaria que afecta la dignidad de muchas mujeres. Algunas, desde niñas y adolescentes, son sometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa, tales como tráfico, violación, servidumbre y acoso sexual; desigualdades en la esfera del trabajo, de la política y de la economía; explotación publicitaria por parte de muchos medios de comunicación social, que las tratan como objeto de lucro”.

Al respecto, la académica formuló la siguiente pregunta: ¿cómo la catequesis de iniciación puede convertirse en una oportunidad para colaborar en el respeto de la dignidad de las mujeres? Para responder a esta interrogante la profesora recomendó analizar el contenido de la catequesis, desde sus imágenes; los personajes que se presentan como testigos de la fe; los textos bíblicos que tienen (o no) a mujeres como protagonistas; las experiencias y problemáticas de este género y la pedagogía escogida en esta tarea.

Lenguaje Inclusivo

La profesora se detuvo en el análisis del lenguaje utilizado en la catequesis. “Si creemos que el lenguaje crea realidades, vale la pena preguntarnos qué realidades creamos cuando en nuestras catequesis sólo usamos lenguajes masculinos (aun dichos por mujeres) que profundizan la no presencia de lo femenino en ella”.

En su ponencia mencionó a Thomas Groome académico del Boston College, que afirma que el lenguaje que recibimos y utilizamos socialmente es más bien un lenguaje de exclusión, pues normalmente hace referencia a la raza, la nacionalidad, las religiones, la edad, etc.”. Para él, la educación religiosa debe proponer un lenguaje inclusivo; de no ser así, se hace difícil pensar o brindar una comunidad inclusiva, que viva la paz, la justicia y dignidad.

Para Loreto Moya una profunda reflexión sobre la presencia de lo femenino en la catequesis de iniciación permite tomar conciencia de las prácticas catequéticas y de las dinámicas o pedagogías que se ponen en práctica. “Como podemos apreciar, no se trata solamente de modificar un contenido o sesión de catequesis, ni de agregar un tema sobre la mujer. Creemos que la catequesis también puede ser un lugar que permita detener el sexismo y educar la mutualidad y la inclusión”, concluyó.

Natalia Cabrera Vásquez

Facultad Eclesiástica de Teología