La destacada abogada PUCV, Ana María Olivera, fue distinguida recientemente durante la ceremonia de Conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2025, acto organizado por la Dirección de Equidad de Género, donde se destacó su contribución al fortalecimiento e historia de la Universidad.
Sobre la distinción donde se reconoció la trayectoria y los aportes de un selecto grupo de 10 mujeres que han destacado en distintos ámbitos de nuestra casa de estudios, la abogada declaró estar gratamente sorprendida. “Me genera gran emoción y una profunda satisfacción no solo por mí, sino por lo que significa en términos históricos”, expresó.
Entre 1983 y 1987, nuestra Alumni desarrolló una importante trayectoria como dirigente estudiantil. Fue vicepresidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho PUCV en dos oportunidades y luego se convirtió en secretaria general de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Y es que para Ana María Olivera ser líder estudiantil en dictadura no fue nada fácil. Sin embargo, la movía un fuerte compromiso por la democracia y el acceso a un pensamiento crítico. “Vivíamos otro Chile, otro contexto. Lo que representa para quienes cumplimos un rol en un momento histórico tan significativo, que hoy podamos estar de nuevo acá compartiendo con el rector de la Universidad, con la dirigencia de sindicatos y los estudiantes de la Federación, te dice que las cosas han ido cambiando y evolucionando”, mencionó después de recibir este reconocimiento.
Según la abogada, su experiencia como estudiante de la PUCV y la pasión por su carrera, la impulsaron a continuar una labor ligada a la defensa de los Derechos Humanos, y en especial de los colectivos que tienen menor visibilidad.
Fue así como en 1989, luego de egresar, se trasladó hasta la Isla Grande de Chiloé donde ha vivido por 35 años desarrollando un especial vínculo con organizaciones indígenas. Hasta hoy, es abogada asesora del Consejo General de Caciques de Chiloé y dirige también una fundación de educación intercultural. “Mi carrera me ha permitido ser voz de los que no tienen voz y defender a los que no tienen defensa”, enfatizó.
En ese sentido, recalcó que su compromiso como abogada no ha cambiado con respecto a su rol en la época universitaria. “Me he dedicado a la defensa de otros marginados, que siguen siendo invisibilizados en democracia”, indicó.
Sobre su paso por la PUCV, señaló que “me siento muy orgullosa de mi profesión porque también ha sido una formación muy sólida que puedo poner al servicio de quienes más lo necesitan”, finalizó.
Por Daniela Lorca V.
Dirección de Comunicación Estratégica