José Torres estudió Pedagogía en Educación Especial en nuestra Casa de Estudios y en la actualidad trabaja como coordinador de la Pastoral PUCV, donde se ha enfocado en aplicar los desafíos de un nuevo plan estratégico, junto con contribuir a la generación de comunidades de base, colaborar con profesores y estudiantes en los ámbitos de formación, voluntariado y también entregando asistencia al área litúrgica.
Sobre cómo lo marcó la PUCV, especialmente su paso por la Escuela de Pedagogía, Torres indicó que “más allá de los elementos teóricos y prácticos, que de por sí son de alta excelencia y muy atingentes, lo que más me marcó fue el aporte vocacional y la identidad de servicio. La carrera de Educación Especial posee una calidez única, tanto sus profesoras como estudiantes, ya que te ven como un profesor en formación que tiene sentimientos y cualidades que deben ser fortalecidas en comunidad”.
Por otro lado, destacó el nivel de vinculación social que posee la carrera, donde desde el primer día muestran la realidad de los estudiantes y la cantidad de espacios de práctica que enriquecen su vocación y mirada de la educación. “El aporte más valioso que me transmitieron es poder abrir la mente a la profundidad de la reflexión, al análisis crítico, con miradas en los desafíos y la búsqueda de las soluciones, ya que debemos valorarnos con nuestras diferencias y similitudes”.
José hizo su práctica en la Dirección de Inclusión de la PUCV, lo que describe como una instancia muy valiosa en su formación profesional y personal. “Es un espacio que se está abriendo a integrar más profesionales con el fin de entregar apoyos y herramientas técnicas a estudiantes con alguna condición o necesidad de apoyo. Allí me enseñaron la importancia del trabajo en red para lograr avances en inclusión en educación superior y generar un cambio de paradigma, en donde las particularidades no sean vistas como un problema, si no que es parte de la riqueza de la cultura universitaria”, añadió.
Recientemente, se integró como coordinador del Campus Sausalito de la Pastoral PUCV donde ha tenido que enfrentar diversos desafíos para profundizar las labores que se realizan, siempre pensando en las personas que más necesitan asistencia espiritual.
“Buscamos llegar a más miembros de la comunidad universitaria y que no sean solamente estudiantes, sino que también académicos y funcionarios. El desafío es posicionarte como profesional e integrante de un equipo que busca dar lugar a la misión identitaria de la Universidad, de la cual la Pastoral puede contribuir de manera significativa en cada rincón de nuestra Casa de Estudios”, indicó.
Representando a la Pastoral PUCV, José asistió a Lisboa en agosto de este año a la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), instancia donde el Papa Francisco se dirigió a miles de jóvenes que lo recibieron en la capital de Portugal.
“Fue una experiencia significativa, ver la realidad de cientos de jóvenes que comparten un mismo carisma y la importancia de convivir en red, cada cultura tiene su riqueza y debemos transmitir aquello. Formar parte de la delegación PUCV fue un honor, por lo mismo, nos permitió abrir puertas, presentarnos como jóvenes que en un mundo universitario buscamos la alegría y la fe. Recorrer las calles, desenvolvernos en una cultura distinta y autónoma, con diferente lengua y tradiciones siempre es desafiante, pero nos enseña también a confiar en uno mismo, ampliar nuevos horizontes y desarrollar la autonomía”, recordó.
Finalmente, Torres reflexionó sobre la importancia que tiene la educación para cambiar la vida de las personas. “El principal desafío que tenemos es atender a la diversidad humana y tecnológica, que pareciera que todos los días cambia. La educación y los profesores debemos aprovechar al máximo las oportunidades de las tecnologías para atender la diversidad del estudiantado, ser innovadores y arriesgarnos a implementar nuevas estrategias diversificadas, especialmente para aquellos estudiantes que requieren de apoyos especializados. Pero paralelamente, siempre dejar atrás prejuicios y estereotipos que manchan la vocación y entorpecen una enseñanza inclusiva y de calidad”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección de Comunicación Estratégica
