18.04.2017
Tras más de 25 años al frente de la Dirección de Deportes y Recreación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, periodo en el que se destacó por su férreo compromiso con el quehacer institucional, por la ecuanimidad y diligencia en la gestión de su cargo, su preocupación por las personas y el bien común, y en el que la Universidad alcanzó los primeros lugares a nivel nacional en el deporte universitario, su anterior director, el académico Patricio Quiroz, fue condecorado con el premio Fides el Labor al Mérito Funcionario.
El rector Claudio Elórtegui señaló en la oportunidad que el profesor Quiroz es un profesional de excelencia y que, como pilar en su accionar, está la preocupación por las personas y la cercanía con sus pares y con quienes trabaja. “Esta condición se refleja con abundancia en la vida cotidiana de Patricio, desde su forma de ser, su humor, su preocupación por el bien común y representando siempre el Sello Valórico institucional”, complementó.
De sus características humanas y profesionales, señaló que él “representa el trabajo bien hecho, el cariño por lo que se hace, y no solo desde un punto de vista de actitud, sino también desde los logros alcanzados. Es a través de su gestión, obviamente con el aporte, la colaboración y el trabajo conjunto de todo el personal de la Dirección de Deportes y Recreación, de todos los entrenadores, de todas las personas que han contribuido a esto, pero sin duda en esta área como en otras, es fundamental el liderazgo”.
“DESPEGAMOS COMO POTENCIA DEPORTIVA UNIVERSITARIA”
En la palabra GRATITUD, con “letras mayúsculas, destacadamente, dándole un sentido profundo y sincero, amplificándola tanto para hacerla llegar a muchas personas de la Institución que, de una u otra manera me han manifestado el beneplácito por la labor realizada”, sintetizó el profesor Patricio Quiroz este reconocimiento realizado por la Universidad.
Pese a haber ocupado importantes cargos honoríficos en el ámbito deportivo regional, nacional y sudamericano, “los que creo haber desempeñado con la mejor disposición, haciendo avanzar las entidades que lideré”, reconoce que las tareas al interior de la PUCV “me dejaron un sabor especial, de plenitud. Acá se me permitió dar curso a ideas e iniciativas que parecían difíciles de llevar a cabo pero, en base a esto, no solo despegamos como potencia deportiva universitaria, sino que servimos como modelo de trabajo, el que se replicó en varias instituciones amigas. Las autoridades de las diversas épocas nos dieron siempre su apoyo, lo que nos permitió siempre seguir avanzando”.
Confiesa que el secreto del éxito en su fecunda labor, a través de la cual la Católica de Valparaíso se transformó desde la cuarta universidad regional a la segunda del país, radica en que “si un director no se siente triunfador, no puede transmitir tal espíritu. Este podría ser mi único mérito en etapa de mi vida profesional, que por lo demás he mantenido a lo largo de mi existencia”.
“Puse todo el empeño por sacar adelante este rubro de mi profesión, acompañado de un buen equipo. Lo que quizás se ha querido valorar es el aporte realista y efectivo para los cientos de deportistas alumnos que se transformaron en ganadores, creyendo en sus capacidades y en su proyección, para lo cual se les dio apoyo, consejos, motivación y, sobre todo, ejemplo”, concluyó.
Por Juan Pablo Guerra
Dirección General de Vinculación con el Medio