05.09.2016
Con voz calmada y aspecto sereno, el escritor argentino Sergio Chejfec visitó por primera vez la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y fue entrevistado por el académico del Diplomado en Escritura Creativa, Enrique Winter, quien fuera su alumno en la Universidad de Nueva York, ciudad en la que el trasandino reside actualmente.
El narrador y ensayista se presentó en el Centro de Estudios Avanzados y Extensión de la PUCV en Santiago, para conversar sobre su obra, las características que distinguen a su escritura, las motivaciones y los desafíos que le presenta la literatura.
El autor de "Últimas noticias de la escritura" (2015), "Modo linterna" (2013), "La experiencia dramática" (2012), "Sobre Giannuzzi" (2010) y "Mis dos mundos" (2008) -único libro que se ha editado en Chile-, entre otros, tiene un estilo narrativo marcado por la constante reflexión y, según él mismo señaló, “la ilusión de que el emisor es lo real. Un soliloquio puesto como un discurso que se está transcribiendo”.
Para Chejfec, los libros son componentes de un sistema, incluso aunque el autor escoja un género distinto entre la creación de una y otra obra. “Imagínate un autor que tiene un solo libro, resulta oscuro, no lo entiendes muy bien, no sabes cómo funciona, y una vez que tienes el segundo puedes hacer relaciones”. Es decir, para el argentino, el autor y la continuidad de esos libros son los que crean un sistema, aunque los autores desarrollen una naturaleza completamente inversa a la del primer libro. “No sabemos qué sistema será. Encontramos que a medida que se van escribiendo los nuevos libros, inevitablemente éste se va formando por constantes e inconstantes. Muchas veces la crítica se hace cargo de eso”, aclaró.
En cuanto al primer libro como experiencia, Chejfec señaló que “es irrecuperable, es algo fantástico, porque surge de la nada; nadie lo pidió”, haciendo hincapié en que no tiene una función literaria. “En la literatura nadie espera un nueva novela, surge objetivamente de la nada. Es un primer discurso que tiene que escribirse en lo contingente. El primer libro es un autor que está a la intemperie”, complementó.
Sobre los desafíos que le propone la literatura, el ensayista señaló que la repetición de estilos o tópicos es una de las mayores amenazas para los autores y que con su estilo parsimonioso no busca combatir la novela convencional, a la cual declaró leer con mucho gusto y pasión. “Uno no solo escribe sobre lo que se propone, sino también sobre las imposibilidades. Y si la narración tiene algún tipo de sobrevivencia, es planteando cierta distorsión vinculada con lo más propio de la narración: las herramientas de la discursividad (…) A veces, uno encuentra más entretenido leer cosas con las que no te vas a identificar”, explicó.
En la ocasión también estuvieron presentes Bruno Cuneo, director del Instituto de Arte, y Manfred Wilhelmy, director del Centro de Estudios Avanzados y Extensión.
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