16.12.2020
El kerigma es la predicación apostólica que anuncia a Jesús como salvador. El artículo titulado “El kerigma al centro de la educación católica” escrito por el Dr. Juan Pablo Faúndez, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV, en conjunto con la Dra. María Rosa Walker (Facultad de Medicina PUC) propone un acercamiento a este concepto, planteándolo como el núcleo del anuncio que están llamadas a ofrecer las universidades católicas en los distintos ámbitos educativos del contexto contemporáneo.
La pregunta que plantea este estudio, por tanto, en el ámbito de la institución universitaria es: ¿qué podría revelar el kerigma -el anuncio salvífico de la muerte y resurrección de Cristo- a un universitario de nuestros días? Sin duda, en esta proclamación se manifiestan aspectos claves para la vida de un joven que está precisamente en la etapa de profundización de búsqueda de sentido.
“Ello hace necesario pensar y proponer una nueva dirección metodológica por el que la buena noticia que porta el cristianismo, como camino de sentido y liberación, pueda ser transmitido y compartido en esta nueva era en la que se desarrolla la universidad contemporánea”, señaló el Dr. Juan Pablo Faúndez.
En esta investigación se analiza la relación entre kerigma y educación, además se esbozan una serie de propuestas metodológicas que intentan ayudar en esta línea, estableciéndose como alternativas que contribuyen a encaminar la búsqueda de sentido por el que se interroga la sociedad actual.
Desafíos para el anuncio del Kerigma
El Papa Juan Pablo II señalaba que el pluralismo, hoy aceptado como signo del avance autónomo del ser humano, cuyo lugar de especial apogeo es justamente la universidad, poco a poco va haciendo acallar los planteamientos que señala la propia visión cristiana, pareciendo que bastase consensuar mínimos de una ética laica aceptados por todos. “En este sentido, es curioso constatar en diversas instituciones universitarias católicas un cierto escrúpulo por manifestar el kerigma, aun cuando el ámbito propio en el que nos estemos desenvolviendo sea justamente el de una universidad católica”, señaló Faúndez.
La reflexión de los académicos profundiza sobre el efecto dignificante que tiene la experiencia de recepción del kerigma, el que debe ser tenido en cuenta para llevar a cabo el anuncio de salvación en el panorama universitario actual. “Marcado por un claro multiculturalismo, este ambiente requiere un tipo de anuncio que pueda surgir desde el propio seno de la universidad católica, de suyo abierta al diálogo, para dar sentido, misión y visión a ese examen detenido de la realidad al que aspira la propia Ex Corde Ecclessiae (Juan Pablo II, 1990, n. 15)”, expresó Faúndez.
Propuestas metodológicas para acercar el kérigma al ámbito universitario
Los autores sugieren, en lo posible, explicitar en el ambiente universitario ciertos aspectos que debieran considerarse en la metodología de la educación, y así permitir y facilitar la transmisión del misterio del kerigma. “Para poder realizar un diálogo en torno a las diversas propuestas de sentido se requiere incentivar la formación filosófica y antropológica de los docentes, al menos a un nivel básico. Necesitamos una alfabetización, unas claves de lectura de la realidad, para poder entrar en diálogo como comunidad universitaria entre distintos puntos de vista y entre diversas disciplinas.”, explicó el profesor.
El profesor agregó que el anuncio del kerigma se puede dar cuando un alumno se encuentra con un otro y “le cree”: otro alumno, un docente, un funcionario de la universidad, que le habla como testigo. “Por esto, la práctica de la acogida y la palabra es la puerta de entrada para el anuncio cristiano. Potenciar los espacios físicos y las oportunidades para desarrollar la amistad y el encuentro, en este sentido, son vías que posibilitan el anuncio del amor de Dios”, comentó el profesional.
Asimismo, mencionó que una comunidad de fe se sostiene no sólo mediante la verbalización del kerigma, sino con una maduración del mismo en sacramentos y rituales que han de acompañar ese anuncio. El kerigma, como propuesta salvífica, es el momento central del proceso de evangelización, pero debe ser apoyado por muchas otras instancias rituales, de estudio y de experiencia de Iglesia.
“¿Cómo ver e investigar algo que parece invisible? Sabemos que las experiencias de muerte y resurrección forman parte de la vida y, sin embargo, comunicar esto nos supone una gran dificultad, especialmente en nuestro medio académico. Sin embargo, si se trata de anunciar un acontecimiento vital, como es el kerigma, el testimonio de alguien que ha experimentado el paso por la muerte y la resurrección de Cristo, en su propia vida, constituye una forma privilegiada de comunicarlo y hacerlo creíble. En este sentido, es fundamental el diálogo como metodología de encuentro que posibilite el testimonio. Según los filósofos de la educación una muy buena estrategia, por ello, consiste en entregar o reavivar una formación básica de fe, con la cual el alumno pueda contrastar nuevos conocimientos”, aclaró Faúndez.
Otra propuesta, se refiere a los ejercicios de voluntariado de los estudiantes donde lo aprendido sobre gratuidad y valores lo han descubierto en experiencias de trabajo desinteresado, muchas veces siendo acompañados por sus docentes. Experiencias como las de transformar cursos regulares en “aprendizaje-servicio”, o la realización de acciones y encuentros con la comunidad, pueden marcar a un alumno para toda la vida, dándole un sentido a su carrera y permitiéndole vínculos significativos a muy largo plazo.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Facultad Eclesiástica de Teología