27.09.2016
“El matrimonio es indisoluble y el Papa Francisco lo afirma continuamente. Frente a los conflictos de la vida marital como Iglesia tenemos el desafío de apoyar y acompañar. La familia no es un problema, es una oportunidad, pero eso depende del testimonio que demos cada uno de nosotros”, señaló el Pbro. Claudio Ortiz Vásquez, teólogo y canonista, rector del Pontificio Seminario Mayor San Rafael, que participó en el segundo conversatorio “Amoris Laetitia”.
En la oportunidad, los expositores y asistentes tuvieron un diálogo directo, con el objetivo de aclarar los siguientes temas que concitan interés en nuestra sociedad actual: la visión teológica de la familia; la familia y la formación de la conciencia; la labor de los tribunales eclesiásticos; las modificaciones al proceso de nulidad matrimonial canónica, entre otros tópicos.
El conversatorio contó con el saludo de bienvenida de la abogada María Soledad Quintana, académica de la Escuela de Trabajo Social, y estuvo dirigido por el periodista Claudio Elórtegui Gómez, profesor de la Escuela de Periodismo. Ambos profesionales son miembros del comité ejecutivo del Programa de Ciencias para la Familia.
NULIDAD MATRIMONIAL
Juan Pablo Faúndez, filósofo moral y canonista, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología y director del citado programa, fue el otro especialista que expuso en este encuentro.
El abogado mencionó que, desde una perspectiva canónica, la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia hay que comprenderla en diálogo con la reforma del procedimiento de nulidad matrimonial que ha comenzado a aplicarse recientemente en los tribunales eclesiásticos. Por ello, de manera complementaria a este documento, se ha publicado la carta apostólica en forma de "Motu Proprio" Mitis Iudex Dominus Iesus, sobre la reforma del proceso para las causas de declaración de nulidad matrimonial en el Código de Derecho Canónico.
“Hasta antes de esta histórica reforma, en las diócesis se reconocía al vicario judicial junto a los jueces y funcionarios del tribunal eclesiástico como los responsables de resolver los procesos de nulidad matrimonial. Sin embargo, en el Motu Proprio el Papa exhorta a los obispos a que ejerzan su función judicial de una manera explícita en este tipo de situaciones, en virtud de la función judicial que realizan de modo pleno”, precisó Faúndez.
El académico comentó que existe un desconocimiento sobre los elementos constitutivos del matrimonio para que sea indisoluble. “La praxis canónica tiene una serie de causales que determinan la anulación de un matrimonio: anomalía psíquica de uno o ambos cónyuges; falta de discernimiento para entender los derechos y deberes del matrimonio; aborto procurado para evitar la procreación; obstinada permanencia en una relación extra conyugal al momento de las nupcias o en un tiempo inmediatamente sucesivo; ocultamiento doloso de esterilidad o de una grave enfermedad contagiosa; ocultamiento de hijos nacidos en una relación precedente; violencia física ejercida en la relación para arrancar el consentimiento, entre otros motivos”, informó.
HISTORIA DEL PROGRAMA
El Programa de Ciencias para la Familia surge después de una convocatoria que la Santa Sede hizo hace tres años a la Facultad Eclesiástica de Teología, desde donde se fue gestando la idea de iniciar un programa de este tipo, inexistente en la Región de Valparaíso, que buscara influir desde la reflexión universitaria multidisciplinar hacia el medio externo, centrando el trabajo específicamente en temas de familia.
Esta iniciativa que está a disposición de la Iglesia, la sociedad civil de nuestra Región y del país, espera influir en materias que son de especial trascendencia en la actualidad. Su próximo conversatorio será abierto a la comunidad y se desarrollará a fines de noviembre de este año.
Natalia Cabrera Vásquez
Facultad Eclesiástica de Teología
