27.01.2015
Rumbo a la Antártica y con el fin de determinar el estado de poblaciones de peces en áreas al norte de las Islas Shetland del Sur, isla Elefante e islas Orcadas del Sur, un equipo de investigadores de Chile y otros países viaja a bordo del buque pesquero Cabo de Hornos, que zarpó el 22 de enero desde Punta Arenas.
Este crucero de investigación forma parte de un proyecto de prospección de peces en aguas antárticas que es desarrollado por la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y cuenta con la aprobación de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA). En él también participan investigadores del Instituto Antártico Chileno, del Instituto de Investigación Pesquera y de centros de investigación de Alemania.
Chile participa activamente en la investigación de los recursos marinos presentes en esta región oceánica y anteriormente se habían realizado evaluaciones de especies con redes de arrastre de fondo. En esta oportunidad, en el muestreo se utilizarán principalmente redes de arrastre de mediagua, también llamadas pelágicas o semi-pelágicas.
“Los organismos vivos antárticos constituyen una fuente valiosa de interés científico, al tiempo que presentan el desafío de lograr una apropiada gestión que permita la explotación comercial de algunos de ellos. Las prospecciones pesqueras son una de las principales fuentes de información biológica de estos recursos”, señala Patricio Arana, investigador responsable del proyecto, jefe del crucero, y representante del Consejo de Rectores de las universidades chilenas ante la CCRVMA.
ACTIVIDADES EXTRACTIVAS EN LA ANTÁRTICA
En las aguas que rodean al continente antártico, durante muchos años se realizó explotación de mamíferos. Posteriormente, se inició la captura de peces antárticos y de krill, conjunto de pequeños crustáceos que habitan en aguas antárticas y que son fuente de alimentación de diversas especies.
Hace medio siglo, en las áreas de estudio de este proyecto, buques soviéticos intensificaron las actividades extractivas de peces; la captura fue dirigida principalmente a las especies denominadas “peces Draco” o también llamadas “peces Hielo”, debido a que en su sangre tienen mecanismos anticongelantes.
A causa de la drástica disminución de estas especies, la CCRVMA determinó como medida de conservación cerrar estas áreas a la pesca, a partir de 1990. Esta disposición permanece vigente.
“En atención a los años transcurridos desde la implementación de dicha restricción este estudio busca establecer la distribución espacial de las concentraciones, las características de posibles cardúmenes, la abundancia relativa, y la composición y estructura de los peces capturados con el objetivo de determinar su estado de situación y evaluar su disponibilidad para una futura explotación”, explica Patricio Arana.
EXPERIMENTO COMPARATIVO
Teniendo en consideración la fragilidad del ecosistema antártico y dando cumplimiento a todos los procedimientos y medidas de conservación establecidos por la CCRVMA, el muestreo se realizará con la presencia de dos observadores científicos, uno nacional y otro internacional.
Durante las aproximadamente tres semanas de duración de este crucero el muestreo se realizará mayoritariamente con redes de arrastre de mediagua. A la vez, durante cuatro días, se llevará a cabo un experimento de pesca comparativa utilizando tanto redes de arrastre de fondo como de mediagua para así determinar el efecto de ambas técnicas sobre los hábitats y organismos. La captura límite será de 100 toneladas de peces y se realizará en áreas donde no se han encontrado indicios de Ecosistemas Marinos Vulnerables (EMV).
“En los últimos años ha habido un gran desarrollo de la pesca con redes de arrastre de mediagua que permiten capturar especies que habitan cerca de la superficie del océano y a diferentes profundidades. A estas redes se acoplan equipos acústicos para evitar tocar el fondo, lo que posibilita la pesca de cardúmenes resguardando el ecosistema”, dice Arana.
Durante los días de navegación también se realizará observación de predadores tope, principalmente aves y mamíferos marinos, para obtener información sobre su distribución y abundancia.
Los datos obtenidos durante el crucero se procesarán en tierra y los resultados se presentarán a fines de 2016 ante los grupos científicos de la CCRVMA, con el fin de obtener la aprobación de continuidad de este proyecto en 2017.
“Con esta iniciativa Chile busca contribuir a la investigación a nivel internacional. Es una ventana que se abre para conocer el estado del ecosistema antártico y visualizar con un enfoque sustentable las posibilidades de estos recursos para la alimentación humana”, concluyó el investigador de la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV.
Por Mirta Barramuño y Andrea Henríquez
Escuela de Ciencias del Mar
