“Siempre es posible encontrar formas y tiempos para poder realizar las cosas que te hacen bien como persona”
Felipe Zepeda se tituló de Derecho PUCV en 2017 y luego de trabajar algunos años en un estudio jurídico de renombre, en 2021 decidió ingresar a la carrera de Licenciatura en Música en la misma Casa de Estudios. Este cambio radical se produjo porque cuando Felipe estudiaba, tuvo la oportunidad de compatibilizarlo con un paso por clases de piano y el conservatorio.
“Siento que debo hacer un llamado a los estudiantes, que por muy difícil que se vea civil o administrativo al fin de semestre, nunca hay que dejar de darse el tiempo para estas otras cosas que te hacen feliz”, señala refiriéndose a ese interés que surgió en él cuando estudiaba derecho.
En el 2009 ya sentía la inquietud de hacer algo diferente aparte de los estudios. Ahí conoció a una profesora de piano y comenzó a tomar clases, rutina que mantuvo hasta el 2015. “La profesora me decía ‘oye, tú no eres tan malo’ y ahí decidí entrar al conservatorio de la PUCV, donde entendí lo qué es estudiar música de verdad”, explica.
No fue fácil conjugar los estudios de derecho con las clases de música: “tenía que entregar un trabajo de tributario y entre medio estaba con las partituras. Salía a las 15.00 horas de la universidad y corría para estar a las 16.00 horas en música. Fue bien duro ese periodo y por eso me salí del conservatorio”, recuerda. En ese momento, pensó que en algunos años podría retomar la música.
Años más tarde, mientras trabajaba en la notaría, algo lo inquietaba. Entonces, probándose a sí mismo, el 2021 dio la PAES obteniendo más de 800 puntos, a pesar de que había estado trabajando hasta el día anterior. Él lo vio como una señal y postuló por ingreso regular a Música. Regresó a la misma pensión donde vivía cuando estudiaba derecho.
“Fue muy difícil ese periodo. Cuando estaba entre si me venía, no me venía porque era dejar una vida de trabajo, era dejar la estabilidad económica. Y en un momento fue decirle a todo el mundo, me voy a ir a estudiar música”, relata Felipe y continúa: “entonces, obviamente, eso generó un caos en mi casa porque no es muy común lo que hice. Si me hubiese ido mal, era distinto, pero yo estaba listo trabajando. Así que fue muy difícil todo esto. Dejar mi casa, dejar todo, dejar mi pareja, dejar todo el mundo. Y me vine, con una maleta y mi gato”.
Al principio fue complejo para él convivir con compañeros de 18 años: “en derecho era todo muy individual, en música todo es en grupo y muchas veces no entendía la jerga en que hablaban mis compañeros. Fue un periodo de adaptación complejo pero que ya está resuelto”.
Rápidamente comenzó a irle bien y con eso empezó a trabajar como ayudante y así descubrió que lo que más le gusta es hacer clases. “Ahí está lo que yo siento que puedo hacer en la música, que es escribir, publicar cosas, hacer estudio, investigación y profesor”. Para esto fue fundamental, según explica, las habilidades comunicacionales obtenidas en derecho.
“Yo me acuerdo cuando ingresé a primer año de derecho no hablaba, no tenía capacidades para conversar de variados temas. A la buena o a la mala, aprendí las habilidades sociales, por ejemplo, a través de pruebas orales, donde tienes que exponer en las circunstancias que sean y convencer con tus respuestas”, confiesa Felipe. “Si no hubiese tenido esa experticia para poder comunicar ideas ya sea con un profesor de derecho o un juez en una audiencia, difícilmente podría estar haciendo lo que hago”, agrega.
También está el tema de la redacción porque es capaz de escribir pequeñas tesis en dos semanas y sus trabajos se publican en la web del Instituto de Música: “tenía que escribir demandas en dos horas, así que esa fluidez me nace. Ahora uso todas estas habilidades de escribir rápido y largo, son cosas que yo agradezco haber aprendido acá”.
En estos momentos se dedica principalmente a la dirección orquestal. Junto a un compañero fundaron una orquesta de estudiantes porque se percataron que en la PUCV no existía una. Para eso debió aplicar esas habilidades aprendidas en torno a presentar un proyecto, generar fondos y convocar participación de personas.
Felipe evidencia su entusiasmo con este proyecto: “la orquesta tiene el potencial para que estudiantes como yo puedan desarrollarse en ella, por eso es para alumnos de cualquier carrera. Al principio pensé que no íbamos a tener participantes, pero ha sido muy bonito porque ha tenido buena acogida”.
Finalmente, hace un llamado a tomar consciencia de que siempre es posible hacer otras cosas y encontrar otras actividades además de leer y estudiar. “El hecho de poder cultivar otros aspectos de la personalidad y de tu sensibilidad en otras actividades es importante. Hay otras áreas del conocimiento que vale la pena explorar y por eso hay que motivar a quienes tengas aficiones vinculadas al deporte, a las artes o algún otro tipo de disciplina que te haga sentir bien, instar a que lo hagan, que no lo dejen. No dejen pasar el tiempo y que no dejen morir esa pasión porque no es excluyente con dedicarse al derecho y tener otras actividades. Si hay algo en la vida que a uno lo mueva, que uno sienta que debe hacerlo, hay que avanzar hacia allá porque la vida debe ser con motivación”, concluye.
Facultad y Escuela de Derecho PUCV