(Copiapó, 1 de octubre de 1868 - Viña del Mar, 25 de abril de 1929). Don Carlos Van Buren fue un ilustre ciudadano que con su legado nos enseña la importancia de la solidaridad como un estilo de vida. Destacado filántropo, buscó siempre ayudar al desarrollo de las personas y de sus instituciones. Ejemplos de ello son las importantes obras que sostuvo con su generosa presencia: estimuló a los estudiantes, ayudó a los bomberos, a los colegios, a los hospitales, a los huérfanos, a los inválidos, a las instituciones científicas, a las bellas artes, entre otras. Al realizar su testamento no olvidó a ninguna de las instituciones que favoreció habitualmente; por el contrario, agregó numerosas otras a la ya larga lista.

No sólo hubo en Carlos Van Buren una intención benefactora, sino sobre todo lo inspiraba la idea de contribuir al desarrollo de la sociedad porteña. Eso explica que impulsara tan decididamente el acceso a la educación y el desarrollo de la ciencia. Por eso, Carlos van Buren fue promotor de sociedades obreras, de ligas de protectores de estudiantes, de escuelas de artesanos y de la Sociedad de Instrucción Primaria. Sin embargo, el hospital San Juan de Dios (actual hospital Carlos van Buren) fue la obra a la que mayor atención dedicó en su vida.

Nuestro Instituto de Ciencias Religiosas también ha heredado parte del legado de este ilustre benefactor. Muchas de nuestras estudiantes, acceden cada semestre por mérito académico y condición socioeconómica a una importante beca de ayuda estudiantil administrada por la Fundación que hoy lleva su nombre. Con esta reseña y este vídeo, queremos testimoniar nuestra gratitud a la Fundación Carlos Van Buren, y en nombre de nuestras estudiantes becarias ofrecer un sencillo reconocimiento a quien fuera el impulsor de tantas buenas obras.