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Académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV dictó conferencia "María y San Francisco de Asís"

El Dr. Cristián Eichin ofm, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV, expuso en el ciclo de conferencias "Formación sobre María", actividad organizada por la Arquidiócesis de la Santísima Concepción.

03.12.2020

Reflexionar sobre cómo San Francisco contemplaba a María, a través de la percepción al espacio sagrado y desde los escritos del santo, fue el objetivo de la conferencia del Dr. Cristián Eichin ofm, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV, en su ponencia dictada ayer para la Arquidiócesis de la Santísima Concepción.

“Podemos acercarnos a Francisco, a través de sus escritos, cartas, oraciones, admoniciones, consejos espirituales y en las Reglas de vida, entre otras mediaciones. Además, contamos con un corpus que son las biografías vistas desde distintas perspectivas e intencionalidades, y que también nos ofrecen una visión de Francisco acerca de la Virgen María”, señaló Eichin.

El académico explicó que la Mariología en San Francisco, es decir sus discursos y relatos sobre María, connotan un rico vocabulario teológico que expresan una espiritualidad y piedad histórica vivida por él. “Tiene imágenes de la virgen que son propias de él, pero recogidas en la tradición litúrgica y patrística de la Iglesia”, puntualizó el profesor.

Asimismo, aclaró que en el tiempo de Francisco de Asís, vale decir en la Edad Media, no existía un tratado específico de Mariología, sino que su reflexión sistemática estaba contenida en otros textos o tratados como el de Cristología.

Capilla Santa María de los Ángeles en la Porciúncula

Uno de los aspectos que enfatizó el académico sobre dónde podemos ver una mariología en Francisco es en lo que se dice sobre su amor a una pequeña capilla ubicada en Asís. La Basílica Patriarcal de Santa María de los Ángeles en la Porciúncula encierra, entre las blancas paredes del templo del siglo XVI, la venerable iglesita de la Porciúncula, lugar de la vida evangélica y fraterna de Francisco y de la primera generación franciscana. Esta pequeña capilla o “pequeña porción”, donada por los benedictinos del Monasterio de Subasio, está dedicada a nuestra Señora de los Ángeles, y Francisco relacionaba el amor a la Virgen con este amor al templo.

Aquí fue donde Francisco, que tenía veintitantos años, al escuchar la lectura del Evangelio, comprendió definitivamente su propia vocación, renunció al mundo para vivir en radical pobreza y comenzó a dedicarse al apostolado itinerante.

San Francisco vivió la mayor parte de su vida en ese pequeña capilla deteriorada y pobre, que fue reparando con sus propias manos. “San Francisco siempre se preocupó de que los hermanos que habitaban en este lugar fueran los más virtuosos y en la tarde del 3 de octubre de 1226, falleció cercano a este lugar”, indicó el profesor.

El académico agregó que “los elementos arquitectónicos y literarios nos hablan de una piedad mariana que es vital en Francisco. La arquitectura, si bien es cierto, habla de un patrimonio y de una historia, es un lugar de una significación espiritual. Francisco descubre en ese espacio una dimensión trascendente, convirtiéndose en una capilla que simboliza el encuentro de los hermanos como también el sueño del ideal evangélico. Allí puede plasmar todo lo que siente y piensa por la Virgen”.

Francisco oraba a través de textos litúrgicos que él mismo recreaba. Participaba en la liturgia y se aprendía los textos de memoria. Aprendió himnos, salmos, antífonas, lecturas y doxologías, que después él mismo las iba a recreando para crear salmos, oraciones, antífonas y doxologías. Francisco aprendió a orar gracias a la liturgia.

“Esta piedad mariana es también parte de su piedad popular, que en definitiva es una piedad popular litúrgica y eclesial, vale decir es su sello distintivo. Francisco, de una manera afectiva y concreta expresaba su amor por la virgen. Lo hizo a través de elementos litúrgicos y los relacionaba con la experiencia eclesial”, expresó el doctor.

“La Mariología de Francisco contempla la imagen de María como madre y esposa, pero también es la imagen de una virgen pobre. Y así el mismo Santo vincula la pobrecilla Virgen como la capilla pobre de la Porciúncula, ya que para Francisco María es Virgen hecha Iglesia. Por eso él también quiere ser pobre y la contempla de esto modo, amando esta capilla porque también es humilde”, concluyó el académico.

 

 Natalia Cabrera Vásquez

Facultad Eclesiástica de Teología