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Margot Loyola
UN SÍMBOLO PATRIO

Como decía su gran amiga y comadre Violeta Parra, “Margot es la chilena más chilena que he conocido“

Sin duda no se equivocó, porque hablar de Margot Loyola, es hablar de Chile, sus raíces, sus tradiciones, sus lugares, su gente y su música. Y es porque ama y le apasiona cada rincón, en ellos dice, “hay siempre un pedazo de tradición e identidad por descubrir, un Chile Secreto”.
Embajadora natural en el extranjero, logró traspasar las fronteras con nuestra música. Es así como, en América y Europa se hizo conocida por su naturalidad y talento para interpretar las danzas, melodías y ritmos de nuestra tierra. Es la representante genuina del pueblo chileno. Así lo siente: “Soy eminentemente chilena”, dice.
Hablar con Margot Loyola es conocer Chile, es vivir el 18 de septiembre en cada palabra, en cada expresión suya.
Como escribió el periodista Camilo Fernández “Margot Loyola no necesita poner bandera en su casa el 18 septiembre, basta que se asome a la ventana. Ella es un símbolo patrio”.
En su casa se respira folclor, tradición, conocimiento, aquel que no se ve ni se siente en la mayoría de los meses del año. “Yo vivo en  septiembre los 12 meses del año”, afirma.

¿De dónde nace el talento de Margot Loyola?
Yo creo que es genético, con eso se nace. Siempre quise ser artista pero no sabia que camino iba a seguir. Estudié piano, danza y también canto, sin embargo esto último lo consideré como parte de mí vida, como opción de vida. Los Loyola son todos de Putú. Tengo ascendencia de cantoras y hombres de campo y chinganas, entonces por ahí creo que viene el impulso por el canto.

¿Había más difusión del folclor en ese tiempo?
Yo pienso que desde el año 30 hasta el 70 aproximadamente, fue como un período de oro para los interpretes del folclor y para los que «arañamos» la tierra. En esa época no había muchos conjuntos. No había máquinas. Estábamos tranquilitos con la velocidad de la carreta. Ahora se presentan las grandes formas e incluso lo popular esta entrando fuerte, pero no lo folclórico. Esa batalla tenemos que ganarla.
Los reconocimientos logrados ¿qué han significado para usted?
El Premio Nacional de Artes de 1994, tengo que destacarlo siempre. Ese premio nunca había sido para una folclorista, interprete, maestro o investigador. Fue muy sorpresivo. Estoy muy agradecida de quienes me lo dieron. Además, el pueblo votó por mí. Eso es lo más importante porque penetró profundo hasta en los últimos rincones del país. Eso fue muy bueno. El Premio A Lo Chileno del año 2001, también es algo muy importante para mí, porque es un premio que se propone a lo largo de todo el país y se somete a votación popular y a un jurado. Yo fui la primera mayoría. El premio Serpaj, Servicio por la Paz y la Justicia, es otro gran reconocimiento. Ser hija ilustre de Navidad, Codegua, Linares y Valparaíso, me llena de orgullo, también.
¿Por qué cree que todo esto se lo han dado a usted?
Porque se han dado cuenta que soy una mujer eminentemente chilena que representa los valores de su tierra.
¿Qué es lo que más disfruta hacer?
Yo me siento feliz alrededor de un brasero, con una cantora, tomando mate y comiendo tortilla de rescoldo con pebre. O ir por un camino polvoriento lleno de sauces, álamos. Eso es lo que más me gusta. Descubrir el alma de Chile en los humildes pero también en los otros. Yo descubro Chile en cada chileno.
¿Investigadora, entonces?
No sé si investigadora, yo escribí dos libritos, uno que se llama Baile de Tierra en Chile, que de algo ha servido, y después el Cachimbo, que ahí creo que hice una investigación. Aunque yo no he estudiado, soy una mujer intuitiva, pero también he tenido la suerte de ser dirigida por grandes maestros.
En su recorrido por Chile ¿cuál de todas las zonas le atrae más?
En todas encuentra algo valioso. Empiezo por captar el paisaje que es diferente y luego lo que tiene adentro cada persona. Entonces a todos los amo y todos me gustan. Pero con el que más me identifico es con la Zona Central. Me identifico con la tonada y la cueca.
¿Qué recuerdos tiene del Programa Chilenazo?
Una audición de televisión que nunca debió terminarse, daba grandes posibilidades a compositores jóvenes. Hizo una gran labor. Todos los que participamos y los que no recordamos Chilenazo con mucho cariño y con mucha nostalgia.
¿Qué significa el mes de septiembre para usted?
Yo vivo en septiembre los 12 meses del año. Para mí es siempre igual. Un poquito más exacerbada en los días del 18. Me alegra porque muchos colegas tienen trabajo, eso me hace feliz.
¿Qué rol cumple la pasión en su carrera?
Es la fuerza que te impulsa. Porque se ama Chile. He soñado siempre con un Chile ideal. Por eso cuando veo que cortan árboles, ensucian ríos, cuando  no se respeta el paisaje, yo sufro mucho. Habría que amar un poquito más la tierra y la naturaleza.
En lo profesional ¿qué le falta por hacer ?
Yo creo que no he hecho nada, se lo digo sinceramente. Tendría que vivir unos 500 años para hacer algo. El folclor es muy escurridizo. Cuando estoy frente a una cantora por ejemplo, yo tomo un segundo de la eternidad que expresa la mujer que está cantando. Eso es lo que alcanzo a captar. Yo no he hecho nada todavía.

El Folclor Actual
Actualmente, ¿cómo se apoya la difusión del folclor en Chile?
El Ministerio de Educación hace cosas muy valiosas en este momento a través de todo el país. Recientemente se han grabado entre 22 o 28 audiciones en un programa radial llamado “Chile al Aguaite”, de distribución gratuita. Hay un equipo que viaja por todo Chile estudiando las comunidades, y luego ese conocimiento vuelve a la misma comunidad, para que puedan entender y valorar sus raíces. Espero que el Instituto Nacional de la Cultura recientemente creado y que esperabamos con ansias desde hace 50 años, profundice esa tarea.
¿Y desde el punto de vista pedagógico?
Uno de los objetivos principales de la Reforma Educacional es el rescate de la identidad local. Es decir, que el alumno aprenda a conocer su identidad, su cultura. Es decir, no que se vista de folclor. Por lo tanto, lo que se está haciendo a nivel nacional es trabajar con los maestros, a través de ellos se pretende rescatar la identidad local. De hecho en muchas partes de Chile, el niño se está acostumbrando a observar su medio, a trabajar con sus abuelos, con sus vecinos, darse cuenta de lo que realmente lo representa. Por otro lado, están los objetivos transversales. Es decir, que la cultura tradicional no sólo se vea en el ramo de educación física o música, sino que también en las otras.

¿Qué falta por hacer en materia de folclor?
Tenemos que entregar el Chile Secreto, ese que todavía no se conoce.

 

Una Trayectoria Brillante
 

Recopiladora, investigadora y cantante ejemplar, Margot Loyola Palacios nace en Linares y a los 8 años comienza su larga y exitosa carrera artística. Sus primeros pasos en la música fueron en piano y luego en canto. A los 13 años, actúa en el Teatro O’Higgins donde comienza su “amorio”con la guitarra. Un poco después inicia el famoso dúo de las Hermanas Loyola, con Estela. A mediados de los años 30 decide dedicarse a la música y al folclore. En los años 40, el dúo seguía ganando popularidad. En 1950, la alianza artística con su hermana se rompe y Margot decide emprender vuelo como solista. A partir de ese año, la folclorista comenzó a recorrer diversos países de América y Europa con gran éxito. En 1958, conoce al compañero de su vida Osvaldo Cadiz, con quien profundiza sus estudios en el terreno de la cultura mapuche. En 1960, Margot y Osvaldo, fundan el conjunto folclórico Palomar (originalmente conjunto Margot Loyola). En 1975, se incorpora al programa Chilenazo, donde recibe grandes muestras de cariño por parte del público. En 1981, recibe de manos del Premio Nobel de Paz de ese año, el Premio Serpaj, que significa Servicio por la Paz y la Justicia. Toda su trayectoria, se ve colmada en 1994, cuando recibe el Premio Nacional de Arte. Además de hacer clases en la Universidad Católica de Valparaíso , la folclorista sigue con sus investigaciones. Hasta hoy ha publicado libros sobre la cueca y el cachimbo, entre otros , ha realizado algunos videos pedagógicos y ha grabado más de una docena de LPs, cassettes, compac y gran cantidad de singles de su época integrante de dúo Las Hermanas Loyola. En el año 2001, recibe el Premio A Lo Chileno, instaurado en Chile por la Empresa IANSA y patrocinado por la Corporación Cultural de Chile. En total suma 170 premios a la largo de su trayectoria, fuera de otros reconocimientos que le dieron en diversas partes del mundo.